¿Por qué es importante saber reciclar plástico?
Desde los inicios de la Revolución Industrial a mediados del siglo XIX, el consumo como modo de vida se ha instalado en los hogares de las sociedades occidentales.
La economía doméstica de las familias de la era preindustrial, cuyo deber era producir recursos con el objetivo único de mantener y sustentar a la familia, quedó relegada a un segundo plano.
Hoy en día, las industrias nos proporcionan todo lo que podemos necesitar, y vivimos en la era de la abundancia de muchas cosas. Sobre todo, comida, bebida, ropa y dispositivos electrónicos, creados en una era digital que es un subproducto del capitalismo.
¿Pero qué hacemos luego con todos esos desperdicios que las industrias y las empresas manufactureras crean día tras día? Hay datos escalofriantes relacionados con el futuro del medioambiente, extraídos todos ellos de numerosas encuestas de asociaciones y organizaciones activistas.

Por ejemplo, dentro de cincuenta años, si seguimos este ritmo desenfrenado, habrá más plástico que peces en el mar. Es una consecuencia terrible de un revolución que, sí, ha tenido mucho de industrial, pero muy poco de respeto al planeta y a nuestro modo de vida.
Por esa razón, conviene que el ciudadano medio se conciencie cada vez más sobre modos y maneras de reciclar plástico, así como otros materiales, de una manera correcta.
Unos minicréditos rápidos nos pueden ayudar a adquirir cubos de basura ecológicos, rondando los mejores los 40 € de precio medio. Por otro lado, es importante fijarse en el triángulo impreso en cada recipiente de plástico que adquirimos. Los números de su interior indican si son plásticos reciclables o no. Del 1 al 6, lo son, pero el 7 engloba recipientes como tupperwares, no es correcto tirarlos al cubo amarillo, y también hemos de tener en cuenta que muchos son reutilizables.
En cualquier caso, la responsabilidad final no reside en el individuo. Es el sistema el que debería cambiar, pues el mayor porcentaje de residuos tóxicos los producen las fábricas y las multinacionales. Negocios que, en realidad, no necesitan solicitar microcréditos, pues ya disponen de fondos suficientes para aplicar un protocolo medioambiental a sus rutinas.