La domótica y sus principales aplicaciones

Si bien, y debido al poder adquisitivo medio o bajo de la mayoría de personas, la realidad de la automatización de viviendas sigue siendo un privilegio de ricos o un recurso de la ciencia ficción, no cabe duda de que los hogares del futuro avanzan hacia la informatización y el control digital de sus procesos más esenciales.

En cuestiones de seguridad lo vemos cada vez más a menudo en objetos simples, como las cajas fuertes por reconocimiento de voz o el cierre automático de puertas y ventanas mediante alarmas detectoras o sensores de movimiento. No es barato, aunque hay muchas tiendas especializadas que empiezan a ofrecer este tipo de tecnología a precios concretos.


Lo cierto es que la domótica tiene potencial para ser aplicada en determinados ámbitos, y no solo el de la seguridad. Cada vez con más frecuencia escuchamos el término «vivienda sostenible». Porque la realidad del presente, y por desgracia también la del futuro, es el cambio climático, los problemas de deforestación, la contaminación de las aguas y en definitiva la decadencia progresiva de nuestro planeta por causa humana.

La domótica intenta en parte neutralizar esta catástrofe mediante la incorporación de sistemas automatizados de climatización, ahorro de agua y ahorro energético. Las luces que se encienden mediante la detección de movimiento, antes mencionada, son un ejemplo.

Por otro lado, la domótica puede aportar numerosas facilidades relacionadas con el confort de los habitantes de la casa inteligente.

En lo que respecta a la luz, es posible regular su intensidad mediante órdenes de voz simples o gestos sencillos, como palmadas. De igual modo, una de las posibilidades con las que sueñan los ciudadanos en general es la de seleccionar ocio específico mediante la programación previa de nuestros gustos y aficiones más específicos. Estaría bien que nuestra televisión nos ofreciera series y películas en función de nuestras preferencias, por ejemplo.

Tardaremos en ver la democratización más absoluta de las viviendas inteligentes, en el sentido de que siguen siendo, a día de hoy, un bien de lujo al alcance de unos pocos, mientras que, si fueran aplicaciones indispensables o bien, se pudiera obtener un ahorro importante a corto plazo, muchas personas tendrían que recurrir a financiarse mediante créditos online urgentes o préstamos bancarios, pero además, se trata de una tecnología que sigue en desarrollo.