El éxito de los videoclub cafés

Hubo una época en la que la cultura de videoclubs era algo común. Los ochenta se recuerdan con cariño, se idealizan incluso, porque mucha gente recuerda música, películas y también modelos de negocio que aparentemente ya no existen. Es cierto, ya no es nada fácil ver un videoclub, y si existen suelen hacerlo fusionados con servicios todavía consolidados y mucho más fructíferos.
Por ejemplo, las cafeterías videoclubs. Gracias a esta ingeniosa nueva empresa, el alquiler de películas y música en formato físico, aunque de capa caída, no ha desaparecido del todo. A muchas personas les resulta agradable ir a tomar un café o comerse un bocadillo saliendo de allí con premio: un producto de ficción o un cd con música agradable. ¿Por qué no?
Hoy en día, muy poca gente se plantea solicitar microcréditos sin intereses y emprender, para después arriesgarse con un negocio que a simple vista ya no tiene éxito ni futuro. Al fin y al cabo, existen los catálogos de series, películas y música a través de internet. El alquiler se puede hacer cómodamente desde casa y las películas alquiladas no ocupan espacio.
No obstante, y al igual que ocurre con la dicotomía de los libros físicos y los electrónicos, muchas personas prefieren tener algo que tocar, que admirar. El formato analógico permite hacer eso. Una película en formato digital se puede disfrutar, pero no puedes palpar la carátula ni navegar en el menú.
De hecho, un videoclub físico incluso te permite la posibilidad de alquilar ediciones de coleccionista. Esto, además de que es un añadido extraordinario al hecho de alquilar un producto que quieres disfrutar, te permite saber si merece la pena a posteriori adquirirlo en una tienda.
No solo porque puedes tocar la caja metálica o de madera, abrirla, ver los cds, disfrutar con el libreto de curiosidades si es que lo trae. También porque, por un módico precio, puedes ver por ti mismo el contenido extra, como videoclips, documentales o entrevistas. Visto todo desde esta perspectiva, emplear un préstamo rápido en la apertura de un videoclub café no parece mala idea en absoluto.