¿Cómo ser verdaderamente rico?

Una definición popular de una persona rica es aquella que puede gastar muchísimo dinero en lo que quiera, aunque no es necesariamente la que tienen en mente los que de verdad manejan esa cantidad. Es normal asociar mucho gasto a mucho dinero, lo cual es verdad pero seguir esta corriente no convierte en rica a una persona.

De hecho, según esto una persona que consiga dinero rápido puede ser millonaria, lo cual no es necesariamente cierto. Esta situación puede ser muy puntual, o tener consecuencias graves en el futuro, por lo que incluso podría convertirse en un error que condena las finanzas personales si no se hace bien.

Una definición más acertada de riquez es la libertad financiera. Esto quiere decir que no es una acumulación de dinero ni un gasto excesivo, sino más bien la capacidad de hacer lo que quieras con tu vida sin preocuparte por el dinero. De esta manera, podrías tomar cualquier decisión que quieras sin depender del dinero o las deudas.


Para muchos millonarios la verdadera riqueza se alcanza cuando una persona no requiere de un salario para vivir. Esto sucede cuando únicamente hace falta administrar la riqueza e invertirla para obtener ganancias, que es lo que se llama hacer que el dinero trabaje para ti.

Puede parecer un concepto demasiado lejano, pero la verdad es que la educación financiera es lo que lo hace posible. Es completamente inviable ser rico sin una educación de este estilo y disciplina porque el ser humano tiende a gastar en proporción a sus ingresos.

La primera recomendación para llegar a ser rico es desprenderse de la creencia de que hace falta mucho dinero para hacer dinero. Existen inversiones muy pequeñas y negocios que con apenas microcréditos online se montan en poco tiempo, y siguen siendo bastante rentables. Evidentemente no van a dar una cantidad inmensa de dinero al principio pero son muy rentables.

Por otro lado, hace falta convertir los ahorros en activos para que ese dinero comience a producir sin tener la necesidad de trabajar. Esto se puede hacer adquiriendo y alquilando un inmueble, poniendo a trabajar una pequeña máquina de dulces o comprando cosas que se van a revaluar en el tiempo.

Finalmente, hay que evitar a toda costas las deudas malas, que no traen absolutamente nada bueno. Es complicado diferenciarlas a primera vista de las deudas buenas, pero tan solo hay que pensar que las buenas son las que van a ayudar a salir de una situación complicada e irremediable de otra forma, y las que va a aumentar tu productividad.